TIERRA y LUCHA
HISTORIA, CONFLICTOS y TERRITORIO NUEVO
“La tierra es para quien la trabaja”
Emiliano Zapata
El barrio
La Vuelta del Paraguayo es un barrio que está ubicado en la zona de islas de la ciudad de Santa Fe. Se desarrolla a lo largo de un camino de tierra paralelo al Riacho Santa Fe, al noreste del barrio Alto Verde y al Sur de la Ruta Nacional Nº 168.
Aquí habitan aproximadamente 130 familias, casi 500 personas, muchas de las cuales son descendientes de lxs primerxs pobladores que se establecieron en esta zona de islas hace más de 100 años, atraídxs por la creciente actividad portuaria y por la posibilidad de desarrollar en la zona actividades como la pesca, la caza y la recolección de paja.
En el barrio hay cuatro clubes (club La Vuelta del Paraguayo, Excursionistas, Sirgadero y Atenas), un destacamento policial, la escuela primaria N°1138 Mateo Booz, y la capilla Santos Mártires rioplatenses. Además, desde hace unos años venimos construyendo el Centro Cultural y Comunitario «Casa de los Talleres» donde se desarrollan actividades artísticas y donde funciona el Bachillerato Popular, la primer Escuela de Gestión Social de la ciudad de Santa Fe.
Las características del lugar permiten pensarlo como un espacio de intersección entre lo rural y lo urbano, ya que si bien se ubica dentro del ejido urbano y muy cercano a la zona céntrica de la ciudad, por su historia ligada al riacho y zona de islas presenta rasgos que lo distinguen de otros barrios de Santa Fe. Así, sus habitantes producen su vida en relación a las condiciones del entorno, condicionadxs por las políticas sociales y económicas existentes. Siempre se dedicaron a la pesca, a la caza y a la recolección de paja, a veces como actividad principal y otras como complemento de otros trabajos. La centralidad del espacio, y en particular el río, para la reproducción de la vida de los habitantes de La Vuelta del Paraguayo muestran que aún el barrio conserva los rasgos con los que nació hace un siglo: su cercanía y convivencia con el río y la naturaleza.
Sin embargo, esta cercanía con el río, y la falta de infraestructura adecuada para la zona, cada tanto da paso a inundaciones y a la necesidad de lxs vecinxs de abandonar temporalmente sus hogares y evacuarse en centros dispuestos por la municipalidad o en refugios autoconstruidos. Lamentablemente esta problemática no es la única que atraviesan los habitantes de la Vuelta.
En su configuración actual, el barrio se desarrolla íntegramente en una franja de terreno a lo largo de un camino de tierra, el cual constituye el único acceso terrestre y la principal vía de comunicación del lugar. Debido a su reducido ancho, falta de nivelación y obras de drenaje adecuadas, el camino se torna intransitable no sólo en momentos de inundación sino con lluvias habituales, aun en situaciones en que la mayoría de las viviendas permanecen en seco y habitables. El corte del camino conlleva importantes dificultades para la circulación y lo vuelve inviable como vía segura para retirar pertenencias y efectuar traslados en momentos de autoevacuación por inundación, para provisión de servicios sanitarios, circulación de transporte público de pasajeros, traslado de cargas, etc
Por otro lado, en el barrio hay un precario saneamiento, no existe suministro oficial de agua potable, desagües cloacales o red de gas natural. El alumbrado público es escaso y no hay servicio de comunicación telefónica.
Respecto al transporte público, no existe ninguna línea de colectivos que circule por el lugar, debiendo las familias trasladarse a pie para poder acceder al mismo fuera del barrio. Muchas familias complementan su movilidad con el uso de embarcaciones particulares para lo cual no se cuenta con condiciones mínimas de seguridad como embarcadero, escalera o zona de amarre, o bien servicio de transporte fluvial como en el caso del vecino barrio de Alto Verde.
El barrio tampoco cuenta con ningún Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) por lo que los vecinos deben concurrir a los CAPS de Alto Verde, El Pozo y La Guardia, o bien a los hospitales públicos José María Cullen, Juan B. Iturraspe y Orlando Alassia, ubicados a distancia considerable del barrio.
Territorio de conflictos
La Vuelta del Paraguayo es un barrio costero de la ciudad de Santa Fe donde viven alrededor de 130 familias. Cinco generaciones han crecido y construido este territorio, con estrategias propias de convivencia con los ciclos naturales del río. Si bien el barrio no cuenta con servicios elementales lxs vecinxs resuelven estas cuestiones de manera autogestiva, con escasas inversiones públicas. Se piensan propuestas y proyectos para «alcanzar el barrio que quiere el barrio».
Sin embargo, La Vuelta del Paraguayo sólo se torna visible para la agenda de gobierno durante los períodos oficialmente denominados de «emergencia hídrica», cuando la crecida del río Paraná se transforma en inundación y obliga a las familias a asentarse de forma transitoria en un predio contiguo a la Ruta Nacional N°168, hasta que el agua les permite volver sus hogares.
Cada vez que sube el agua crecen los discursos sobre la relocalización. El argumento fundamental es que «no se puede vivir en zonas de riesgo hídrico». De esta forma intentan imponer la idea de que las inundaciones en el barrio son el resultado de un evento natural que no puede evitarse y que la única alternativa posible es la reubicación, inconsulta con lxs vecinxs. Los gobernantes escapan a sus responsabilidades y se establecen culpas en aquellos que deciden «vivir en un lugar en donde saben que se inundan».
Sin embargo, a partir de lo establecido en la Ley Provincial 11.730, referida al régimen de uso de bienes situados en áreas inundables, la zona de la Vuelta del Paraguayo constituye el Área II, correspondiente a vías de evacuación de crecidas y Área de almacenamiento, en donde se establece la construcción de baja y mediana densidad que no obstaculice la libre circulación de agua, respetando los criterios de sustentabilidad ambiental. Asimismo, el municipio a través del Reglamento de Ordenamiento Urbano (ROU), reconoce al barrio como Zona Especial de Isla, destinada a «espacio verde y uso residencial de baja densidad y actividades compatibles, con agregados edilicios subordinados a las condiciones hídricas y ambientales predominantes en la región y valores paisajísticos a preservar» (Ordenanza Municipal 11.748. Artículo 97).
Quienes habitamos la Vuelta sabemos que es posible realizar las obras pertinentes para seguir produciendo la vida en el territorio en momentos de crecidas ordinarias. La pregunta no es entonces por qué no queremos abandonar nuestro barrio sino por qué el gobierno insiste en desalojar a las personas que habitamos este territorio.
Actualmente, todo el territorio ribereño de la ciudad se encuentra atravesado por el conflicto de las inundaciones y relocalizaciones. Puesto que hace muchos años ya estas tierras están adquiriendo un alto valor económico producto de grandes intereses inmobiliarios debido al valor turístico y estratégico del lugar, teniendo en cuenta por ejemplo la construcción del nuevo puerto de la ciudad de Santa Fe, el nuevo puente Santa Fe – Paraná, la revalorización turística de la zona de islas, la relocalización de los boliches bailables.
En este contexto, desde hace unos años, los dueños legales pero no legítimos de la Isla el Sirgadero, donde se ubica la Vuelta de Paraguayo, están llevando adelante un juicio para dividirse las tierras. Quien tenía hasta hace un tiempo el mayor porcentaje de las tierras -alrededor del 70%- es la empresa constructora Inversora Bolívar del grupo IRSA – grupo inmobiliario más grande de la Argentina, propietario de los principales centros comerciales, y responsable de algunos de los mayores proyectos inmobiliarios del país. Actualmente, el grupo IRSA ha vendido un porcentaje de su propiedad al empresario santafesino Caputto, quien es propietario de las tierras en donde se prevée emplazar el nuevo Puerto de Santa Fe. .
Por todo esto, sostenemos que la situación a la que la Vuelta del Paraguayo y otros barrios de la zona costera son sometidos cada vez que el río sube es consecuencia de una serie de decisiones políticas. Y la relocalización es una alternativa que no contempla los deseos y necesidades de quienes los habitan, sino los grandes intereses inmobiliarios de grupos empresariales y gobiernos funcionales a los mismos.
Nuestro enemigo es grande, y grande el muro que pretende construir sobre nuestras vidas. Grande será, entonces, la dimensión de la lucha, para destruir los muros de la especulación inmobiliaria que pretenden construir en los territorios en resistencia. Las formas en que se mueve el capital nos encuentran en el ojo de la tormenta. Pero el sol que venimos construyendo crece cada día y configura los nuevos mapas de la lucha.
¿Qué son las obras prioritarias?
Llamamos así a un conjunto de propuestas de obras que elaboramos los habitantes del barrio en conjunto con Proyecto Revuelta en una serie de talleres que llamamos “Qué barrio quiere el barrio”. En estos talleres discutimos cuáles eran las obras necesarias para poder convivir con el río durante sus crecidas. Así surgieron propuestas desde y para el barrio que fueron presentadas en el Concejo Municipal bajo el formato de Iniciativa Popular en el 2014 y aprobadas por todos los Concejales en 2015. Sin embargo, ya pasaron más de dos años y las obras no se realizaron.
¿Cuáles son las demandas del proyecto?
Establecimos 6 puntos. Las más importantes son:
- Alcantarillado de la boquita: Uno de los problemas que tenemos hoy, es que cuando baja el agua, la alcantarilla de la boquita es tan chica que tarda mucho en descargar el agua del bañado hacia el Riacho, haciendo mas larga la inundación Es por esto que proponemos alcantarillas más grandes para solucionar este problema.
2. Alteo y ripiado del camino: Esta propuesta tiene que ver con que hay partes del camino que son muy bajas, y se cortan con crecidas regulares del río Paraná, por lo que no se puede circular. Por esto proponemos un alteo del camino a una altura que permita que podamos quedarnos en nuestras casas usando el camino. El ripiado serviría cuando llueve o cuando se inunda el barrio, donde el camino queda hecho un desastre. Por esto, proponemos que el camino sea de ripio.
3. Alumbrado público
4. Recolección domiciliaria de residuos
5. Desmalezamiento de espacios públicos
6. Gestionar la atención médica
También para convivir con el río es necesario que algunas viviendas sean adaptadas a las particularidades del lugar.
¿Para qué reformar las viviendas?
Tal como salió en los talleres, sabemos que las obras de acondicionamiento del camino y alcantarillado no solucionan el problema de que las crecidas inunden algunas viviendas. Es necesario que se realicen obras para que algunas casas puedan elevarse y no inundarse con cada crecida chica. En el barrio podemos observar muchos ejemplos de habitantes que en la medida de sus posibilidades han adaptado sus viviendas para que, con una crecida ordinaria, el agua no les impida permanecer en su casa.
Tratamiento de residuos cloacales domiciliarios
El barrio no cuenta con red de desagüe cloacal. La mayoría de las viviendas elimina sus desechos a través de pozo negro. Esta solución no es la más adecuada para el barrio: El agua sin tratar va impermeabilizando el pozo y este deja de funcionar correctamente. Además, con la presencia de la napa alta o el agua de inundación se llena el pozo y hace falta desagotarlo con camión atmosférico. En algunos casos también se generan afloraciones del agua residual en la superficie.
Para dar respuesta a este problema se propone una solución sencilla y económica mediante la cual se realiza la depuración del agua residual en cada vivienda en un proceso de tres etapas: Primero se trata el agua en una cámara séptica, luego se distribuye por medio de drenes en una superficie de terreno amplia donde se completa finalmente el proceso de depuración a través del filtrado que realiza el suelo.
Energía eléctrica
Respecto a las conexiones eléctricas, se recuperan las especificaciones técnicas de la EPRE (Empresa Provincial de Entre Ríos) para conexiones en zonas inundables. Estas conexiones son de material sintético y tienen la particularidad de poseer una conexión flexible que permite elevar la caja del medidor y el caño de acometida mediante el desplazamiento a lo largo del poste
Debe cumplir como requisito indispensable la doble aislación, que se logra mediante la utilización de todos los componentes constructivos de material sintético, sin mampostería pero sustentados convenientemente sobre un poste, independiente de la red de distribución.