«¡Que Viva La Vida!»

“La Casa de los Talleres” es el nombre que le dimos a nuestra casa, la casa de todxs, al Centro Cultural y Comunitario de La Vuelta del Paraguayo, la casa que alberga aquellas ideas y prácticas que llamamos Territorio Nuevo.

“La Casa de los Talleres” se llama así porque una compañera – por aquellos momentos pelona y de sonrisa persistente – nos propuso que juguemos a imaginar un lugar en el barrio donde cada uno quería habitar. Un niño dibujo una casa, como la suya, en una friselina roja y arriba de ella escribió: “La Casa de los Talleres”. La Nati hizo de aquello una bandera y lo esbozado en aquel retazo de tela hoy está  plasmado.

La casa ha ido avanzando con el paso de tiempo. Y con el paso del tiempo va materializando aquello que vamos soñando, el camino al Territorio Nuevo. Desde hace dos semanas, La Casa tiene en sus paredes palabras que hoy son nuestras armas; caracoles que nos recuerdan nuestro caminar lento pero firme, como así también la necesidad de volver al centro y repensarnos y volver a expandirnos; un ave fénix que nos dice que podemos caer en el pozo más hondo pero que somos capaces de reconstruirnos, salir de él y volar; las paredes hoy tienen a la Nati.

En el Territorio Nuevo es consigna “Qué viva la vida”. En el Territorio Nuevo se celebran las vidas, también de aquellas vidas que transcienden la muerte.

El cuadro que mas me impactó de esta vistita es extrañamente uno lleno de sandías. Me explico: te parás en frente de una pared que muestra simplemente un cuadro colorido (fuertes rojos, fuertes verdes), no muy grande. Pero la inscripción de una de sus esquinas llama la atención, en una de las sandías se talla con un rojo más fuerte: VIVA LA VIDA. Esta leyenda en letras firmes y típicas del estilo de Frida fueron escritas poco antes de su muerte en un lecho sufriente y solitario, conciente del fin que se acercaba.

Llevaré esta frase en mi corazón por siempre, que es para mí una muestra clara de la actitud que deseo tener y sostener.

Una evidencia concreta de la firmeza de una mujer para quien el socialismo era una fuente de energía de donde sacaba fuerza para seguir.

Una declaración de principios necesaria para la lucha. Una afirmación que dice mucho de mi sentir frente a esta experiencia o cualquier otra.

Natalia Marozzi – 2009.